Todo aquel que me conoce sabe que Diciembre es mi mes favorito del año. Quizás se deba a que desde pequeña veía el ritual de preparación para celebrar estas fechas, el cual comenzaba con meses de anterioridad.


Luego, cuando ya llegaba el tan esperado mes, se agregaba otro ritual fundamental en la familia venezolana, la preparación de la hallaca, principal protagonista del plato navideño que se sirve los 24 y 31 de cada año. A la hallaca la acompaña el pernil asado, el pan de jamón y la ensalada de gallina.

Una vez sancochadas y escurridas viene el proceso del veredicto, la prueba, para determinar si quedaron sabrosas o no. Por último se suscita la eterna competencia de quien hizo las mejores hallacas del año entre familiares y amigos, y por supuesto siempre gana la misma porque "la mejor hallaca la hace mi mamá", sin discusión.
Durante todo ese proceso de elaboración y degustación de la multisápida, el mejor acompañante es un buen vino tinto.
De hecho les comento que como curiosidad se ha determinado que diciembre es el mes donde se realizan más matrimonios,creo que inspirados por esa unión eterna que ha dado la mayor muestra de fidelidad que la de la hallaca y el vino.
En otra entrada les explicaré más detalladamente como preparo mis hallacas, mi pan de jamón y mi pernil, por si se animan a probar. Mientras tanto, sigan disfrutando de este mágico mes.
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