miércoles, 14 de octubre de 2015

ORGANOLÉPTICO



     Durante el curso de sommelier que estoy realizando en la Academia de Sommeliers de Venezuela, una de las palabras que mas utilizamos es Organoléptico, pero ¿que significa?


     Según la Real Academia Española organoléptico es un adjetivo  y se define así: “Dicho de una propiedad de un cuerpo: Que se puede percibir por los sentidos”.


     Es decir, son las características de algo que percibimos gracias a nuestros sentidos, gusto, vista, sonido, tacto y olfato.

     Cuando catamos estamos haciendo uso de todos nuestros sentidos para percibir las características de eso que estamos catando y poder entonces describirlo y disfrutarlo.


En el caso específico del vino, necesitamos todos nuestros sentidos para percibir y describir todo lo que él nos ofrece. Por la vista podemos observar su limpidez, su cuerpo, su color, su brillo y si es tranquilo o tiene efervescencia. También, una vez agitada la copa podemos ver las “piernas o lagrimas”, que no es más que observar cómo se desliza el vino por las paredes de la copa.


      Luego interviene el olfato, al acercar la copa a nuestra nariz percibimos aromas que se desprenden y que nos permite identificar si el vino está correcto o no para su consumo, si tiene un olor avinagrado,
si los aromas son dulces o ácidos, y luego, quizás con un poco más de experiencia comienzas a distinguir otros aromas como a frutos rojos, manzana verde, regaliz, aromas empireumáticos, banana, piña, y muchos otros que dependerán de la variedad o variedades de uvas que intervinieron en la elaboración del vino y si el vino tuvo crianza o no.


     Posteriormente intervienen dos sentidos más, el tacto y el gusto. Cuando probamos el vino, además de apreciar su sabor y determinar si es redondo o equilibrado, también podemos percibir la densidad, temperatura, las burbujas, los taninos que definitivamente dependen del sentido del tacto que también está presente en nuestra boca.


Nos faltaría usar el sentido del oído que igualmente está presente al momento de destapar la botella y servir el vino y escuchar su sonido al caer en la copa o en el decantador, y que nos proporciona pistas sobre la densidad del vino pero sobre todo nos prepara para el momento de catar el maravilloso elixir de los dioses.


     Por eso en la Academia nos insisten en que en el trabajo de Sommelier tú eres el instrumento de trabajo, o por lo menos, tu instrumento de trabajo va contigo, porque son tus cinco sentidos.
 






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